martes, 28 de septiembre de 2010

Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis...

Era profesora de matemáticas y sus besos sabían a tiza. De eso hace ya mucho. Pero lo bueno de los números es que nunca cambian con el paso del tiempo. Me enseñó a sumar con los dedos de los pies, y yo aprendí a contar mentiras de dos en dos.
Hoy la he visto pasar en su coche, no sé porqué miré a su matricula, 2246, y me dió por cantar la cancioncilla infantil, 2 y 2 son 4, cuatro y dos son 6.... todo ha encajado al sumar pasado y casualidad.

martes, 7 de septiembre de 2010

Cormac MacCarthy y unos buenos judiones castellanos

Empecé a conocer sobre él en un fin de semana que coincidí con unos cuantos buenos escritores en el Barco de Ávila. De esto hace ya por lo menos 4 años. La Asociación Española de Escritores nos invitó a pasar un fin de semana a gastos pagados, de hecho es el único fin de semana que alguien me ha pagado aunque no fuese en dinero común por escribir. El fin de semana fue raro, apareció Felix Grande vestido de negro y con su pelo blanco como siempre, hablando de Lorca y de Flamenco, con esa intensidad que tiene al hablar y esas manos tan cuidadas. También apareció Juan Manuel de Prada y le cayeron tantas ostias en forma de crítica provenientes del grupo que estabámos allí que el tio se rebotó y se piró. De hecho al volver hicimos un grupo vía mail (todavía no existía facebook) que lo llamamos "ostias volátiles" con el simple objetivo y placer que enviarnos insultos ingeniosos sobre nuestro amigo Juan Manuel.

Entre tanto por las noches, como buenas promesas de escritores nos reuníamos en el único pub del pueblo alrededor de copas y tabaco, y Jon Bilbao (que ya ha dejado de ser promesa, no como el resto) hablo de un tipo y de los personajes que creaba en sus libros que dejaban piel de gallina. En ese momento, entre las copas, los tantos nombres y los tantos libros que se cruzaban en la conversación, se me olvidó el escritor del que hablaba pero no de los personajes.

Tiempo después cayó en mis manos Meridiano de Sangre, y empecé a recordar aquella conversación porque en él aparecían esos personajes que ponían la piel gallina según Jon. Después profundicé sobre el autor. En pocas palabras, es un hombre de los que viven lejos y en silencio del tumulto de las editoriales y del Sálvame literario que se cuece en las capitales. Solo eso ya me hizo respetar sus libros de una forma extrema. Su vida es digna de estudiar, hay que tener narices para vivir así, tan lejos del ego, además siendo premio Pulizter y siendo el escritor de La Carretera y No es país para viejos.
Después leí que no tiene amigos literatos ni escritores, sus amigos son científicos, de hecho sus segunda ocupación es investigar en el Instituto Santa Fé de EEUU. Y eso me desconcierta tanto como para escribir esta entrada en el blog.

lunes, 6 de septiembre de 2010

De lo imaginado y de lo vivido

Si tengo que describir mi viaje por EEUU diría que lo había imaginado tantas veces que por momentos era incapaz de vivirlo como una realidad auténtica.

La foto es en el Death Valley, en el desierto de Mojave, el lugar más caluroso y más por debajo del nivel del mar del hemisferio norte, ....un lugar perfecto en medio de la nada, un lugar perfecto para empezar de la nada.